Aprobada en 2006, la Declaración de Luarca sobre el Derecho Humano a la Paz ha tenido una proyección universal notable, pues ha inspirado a la sociedad civil de todo el mundo en su reclamación de la paz como derecho humano ante la Organización de las Naciones Unidas. En 2024, la Declaración de Luarca ofrece vías sólidas para abordar el cambio climático, la proliferación de conflictos armados y las crecientes desigualdades económicas y sociales de nuestras sociedades.